Juanlu Dorado
Estas líneas solo pretenden ser un homenaje a nuestros pueblos y a nuestra gente. Y eso es toda una declaración de intenciones. Ni más ni menos.
En la Conexión Rural dedicada a las Olimpiadas Rurales de Los Pedroches, el amigo Sabino Luna dejó una frase que me impactó desde el primer momento: “Yo no quería unas Olimpiadas sin abrazos”.
Abrazos. Algo tan nuestro, tan de reencuentro, tan de nuestro día a día… que ahora queda como algo lejano y difícil. Quizá inalcanzable. Pero sí, Sabino tenía toda la razón porque es muy complicado entender muchísimas cosas de las que nos rodean sin la presencia de los abrazos.
Si viajamos por la España rural en verano, cada día es una sucesión de abrazos, de celebraciones, de momentos inolvidables… Los pueblos de nuestro país se lanzan a la calle, por turnos, durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre para vivir, para disfrutar, para rendir homenaje a sus tradiciones en variopintas formas, siempre alrededor de sus fiestas, su feria o cientos de eventos deportivos, culturales, musicales… rurales, al fin y al cabo.
Y en cada una de las paradas de ese viaje hay abrazos. La gente se abraza en nuestros pueblos para celebrar la vida, para disfrutar de cada instante, de esa gente a la que quieren con todo su corazón pero que, por circunstancias de la vida, solo puede disfrutar durante unos días de verano. Ese viaje al pueblo de cada estío que lleva años realizándose y que los llena siempre de vida, de color y de gente.
Entonces llegó 2020. El año del mundo rural, decían algunos. Y todo cambió.
Quizás todavía no nos hayamos dado cuenta, pero lo que más tardará en llegar a la nueva normalidad de la que tanto nos hablan serán esos abrazos que antes formaban parte de nuestra vida. Abrazos que implicaban alegría, celebración y vida. Abrazos que mostraban todo lo que supone vivir y disfrutar de un pueblo, especialmente cuando llega el verano.
Serán meses raros. Distintos. Habrá alternativas, y sabemos que no será lo mismo. Pero volverá a serlo. Si alguien ha demostrado resistencia a lo largo de los años es la gente de los pueblos. Ahora es tiempo de cuidarnos, de protegernos, de visitar nuestra comarca, de acudir al comercio local, de vivir al máximo nuestra gastronomía y disfrutar de la cultura.
Será un verano diferente pero sí, será un verano. Y los pueblos tendrán mucho que ofrecer.
En cuanto a los abrazos volverán. Seguro. Tanto a las Olimpiadas Rurales como a los pueblos de toda España. Pero volverán. No podemos entender el mundo rural, nuestros pueblos, sin abrazarnos en cada reencuentro y en cada celebración. Forma parte de lo que somos.
Ahora es momento de cuidarnos. Y el futuro servirá para abrazarnos.
Fotografía: Olimpiadas Rurales de Los Pedroches