Durante los casi tres meses de vida que tiene Ruralpedia hemos hablado mucho de caminos. Somos conscientes de su importancia social a lo largo de la historia, siendo vitales en el paso de unas civilizaciones a otras y testigos de muchos de los grandes eventos que han configurado nuestro mundo tal y como conocemos hoy.
Con el paso de los siglos, esos mismos caminos dieron paso a otras vías de comunicación: carreteras, autovías, autopistas, vías de tren, barcos, aviones, etc. El ser humano tiene a su disposición muchas opciones de transporte, especialmente para comunicar las grandes urbes de nuestro planeta, lo que ha hecho que esos caminos, esos humildes caminos, hayan quedado en un plano muy lejano de las prioridades de buena parte de la población.
Pero esos caminos, esos mismos caminos, siguen siendo vitales para entender el mundo rural. Esenciales. Necesarios. Imprescindibles. El trabajo en nuestros campos y las comunicaciones en nuestros pueblos no podrían entenderse, a día de hoy, sin el cuidad y mantenimiento de todos esos caminos rurales que son el principal sistema circulatorio de muchas comunidades rurales de nuestro país.
Son muchas las explotaciones agrarias o ganaderas, las plantaciones, las granjas, los olivares o viñedos, las fincas, los pantanos y ríos, etc. que dependen de esos caminos que vertebran una geografía española que, aunque muchos pretenden silenciarla, continúa siendo vital para la economía y el futuro de muchísimas personas en nuestro país. Y buena parte de culpa la tienen esos caminos que, tras siglos de historia, continúan prestando un servicio al ser humano y al territorio que cruzan.
Esta reflexión sobre la importancia de los caminos en nuestro mundo rural nos hace pensar en un camino en singular. Lo podríamos definir como EL CAMINO. Y podríamos preguntarnos sobre él lo siguiente: ¿Qué camino debe seguir la España rural para mirar al futuro con optimismo?
¿Habrá un solo camino? ¿Serán muchos? ¿Cada zona tendrá sus propios caminos? ¿Cada sector abrirá sus propias veredas? ¿Cada ganadero o agricultor abrirá las vías de paso que considere oportunas para servir a sus propios intereses? ¿El futuro para por miles y miles de caminos que tienen miles y miles de destinos diferentes?
¿Y por qué no pensar en ese único camino que planteábamos en la primera de tantas preguntas? ¿Tan difícil es que la comunidad rural española mire hacia un mismo objetivo y recorra el mismo camino para consolidar un futuro? Somos conscientes de que cada zona tiene sus propias cualidades y características, pero también entendemos que los problemas que enfrenta el mundo rural español son comunes: despoblación, envejecimiento, falta de recursos, desempleo, malas comunicaciones, olvido institucional, ausencia de servicios…
Si ese camino empieza a construirse y recorrerse entre todos, de la mano, buscando alzar una única voz del mundo rural español, será mucho más fácil construir un futuro común. Si primero solucionamos esos problemas comunes a todos será más fácil, más adelante, atender las problemáticas específicas de cada territorio, comarca o pueblo.
¿Comenzamos a construir y recorrer ese camino común?