Lo que somos forma parte de nuestra historia y de nuestras historias. Nuestra manera de ser la conforman las vivencias de nuestros antepasados con acontecimientos que se han ido transmitiendo de generación en generación. Y nuestro modo de vida se ha construido gracias al patrimonio cultural que nos acompaña a cada uno de nosotros.
Un patrimonio cultural enorme y que es rico, muy rico. Y varía muchísimo con solo recorrer unos kilómetros de distancia, pueblo a pueblo, comarca a comarca, provincia a provincia… incluso barrio a bario. Lo vemos en la manera de hablar, de recordar… y de cantar. La música, que importante ha sido para contar la historia de nuestros pueblos, ¿verdad?
Primero los juglares, plaza a plaza. Esas canciones que fueron entrando en nuestra memoria y transmitiéndose generación a generación en las calles, los patios, los campos… Acordes que nos suenan a todos aunque, algunos, por desgracia, ya los hemos perdido. O estamos en riesgo de perderlos.
Para evitar su desaparición nacen iniciativas como la que hoy os contamos. En Alcaracejos, un municipio de la comarca de Los Pedroches, existe un colectivo llamado Asociación de Danzas ‘Los Jarales’ que, en colaboración con el ayuntamiento de esta localidad y la Mancomunidad de Municipios de Los Pedroches, pone en marcha la II Escuela Comarca de Jotas en Los Pedroches.
Jotas. Las jotas forman parte de casi cada rincón de nuestro país. Las jotas han dado vida a las historias de nuestras familias generación a generación. Y cada zona de nuestra España rural tiene su propia jota o manera de entenderla. Y cuántas se habrán perdido, ¿verdad?
Pues los amigos y amigas de Los Jarales se han propuesto recuperarlas. Y vaya sí lo están consiguiendo. Tienen claro que es importante reforzar la presencia del folclore popular en su tierra y lo están haciendo fomentando la música, el baile y las tradiciones, llegando al público que más debe conocer este patrimonio: los niños y los jóvenes.
Y vuelven con una segunda convocatoria de su Escuela en la que los asistentes aprenderán baile, toque y canto de las jotas de Los Pedroches. Lo hacen de una manera tan natural que consiguen que estas canciones suenen a nuevas cuando muchas de ellas llevan siglos entre nosotros. Es apasionante ver cómo transmiten el origen de las mismas y cómo las interpretan con instrumentos de percusión que, tal y como lo hacían antaño, son los que se tienen a mano en la cocina.
Porque la experiencia que proponen en Los Jarales ayuda a transportarte a un tiempo en el que música y baile eran protagonistas en el escaso tiempo de ocio que tenían las gentes de nuestros pueblos. Y qué importante es que todo ese patrimonio único se recupere y se cuente a través de acordes que vuelven a sonar y a ser cantados ahora, en pleno siglo XXI, por niños y niñas que bailan al son de una jota.

Foto: Facebook Grupo de Jotas Los Jarales.