Uno de los compromisos de Ruralpedia es dar voz a los profesionales de la comunicación que trabajan en zonas rurales de nuestro país. Y lo haremos a través de artículos de opinión y de entrevistas en profundidad en las que hablaremos de la situación del mundo rural español, de futuro y, por supuesto, de periodismo.
Y pensamos que una buena manera de comenzar con estas entrevistas era charlando con Julia López, directora de hoyaldia.com, un medio digital radicado en Pozoblanco (Córdoba), y que cubre toda la información de toda la comarca de Los Pedroches. Con ella hemos hablado de sus inicios, de su trabajo en la zona norte de Córdoba y de cómo es su día a día como periodista. Pero también hemos mirado al futuro y al pasado de su tierra y de espacio rurales en los que la labor de los medios de comunicación es fundamental.
Así ha sido la charla con Julia López.
Ruralpedia: ¿Cómo fue el nacimiento de hoyaldia.com?
Julia López: Pues en 2013 nace hoyaldia.com. La verdad es que yo ya estaba asentada en Pozoblanco a nivel profesional y era un momento de muchísima precariedad en los medios de comunicación en toda España con la crisis, así que decido, tras mi trabajo realizado en el Ayuntamiento de Pozoblanco, donde mi labor dependía bastante de mí misma, me di cuenta de que no quería estar supeditada a nada más que mi propia visión periodística.
Además, siempre me habían gustado las redacciones y quería que fuera mi camino. Tienes que abaratar costes porque estás sola y ni en la comarca ni en Pozoblanco había ningún medio de comunicación como tal. Había blogs pero no un medio que enfocara la actualidad diaria en Internet, tocando todos los géneros periodísticos. Tras mucho pensarlo, porque significaba entrar en un mundo desconocido para mí como es el empresarial, decido montar hoyaldia.com.
R: ¿Qué supuso como profesional poner en marcha un medio digital en una zona como Los Pedroches y hace ya algunos años?
JL: Lo recuerdo con muchísima ilusión. La inversión no fue muy alta y no te lo piensas mucho a la hora de dar el paso. Sí es cierto que tienes que empezar a trabajar de manera paralela en el asentamiento, conseguir llegar a la gente y toda la gestión publicitaria, que es lo que te repercute económicamente. Y tengamos en cuenta que se trataba de un medio digital en una zona como Los Pedroches.
Al principio tuvo una llegada buena que se fue consolidando conforme pasó el tiempo. También me conocían por mi manera de trabajar en el Ayuntamiento y en la televisión, especialmente en Pozoblanco. Luego el día a día y los años te van situando y te van dando cierta repercusión dentro de los medios de comunicación.
Años después lancé hoyaldía.com en papel, un formato distinto del que hemos lanzado varios números. Fue una manera más de darnos a conocer y llegar a más público, aunque ahora estamos trabajando en darle una vuelta a este proyecto.
R: ¿Qué supuso la implantación de un gran medio digital en Los Pedroches y cómo lo valoras con el paso de los años?
JL: Yo sigo haciendo mi trabajo día a día sin pensar demasiado en qué lugar ocupo o en la situación actual que viven los medios de comunicación en Los Pedroches, especialmente complicada por tener que hacer frente a los grandes medios como son las radios en esta comarca. Y también es complicado abrirte camino con un tipo de periodismo que se salga de lo convencional. No digo que nosotros nos salgamos todos los días de lo convencional, porque la escasez de personal hace inevitable tirar de gabinetes de prensa o no tener el tiempo para profundizar en el trabajo como me gustaría. Pero sí es verdad que, en ciertos temas, sí que me siento con un posicionamiento reconocido, especialmente a la hora de algunas entrevistas políticas, de meterme en ciertos charcos o de hacer un periodismo un poco más crítico del que estamos acostumbrados.
R: Esa facilidad de meterte en ciertos charcos se nota más en un sitio pequeño como Pozoblanco o Los Pedroches, ¿verdad?
JL: Es brutal. Sin duda es lo que peor se lleva. Muchas veces estás hablando de tu vecino y eso es complicadísimo porque pierdes amistades y gente con la que has tenido una gran relación no diferencian lo profesional de lo personal. Además, acabas entendiendo de que en ciertos mundos es mejor no tener amigos y marcar las distancias. Pero bueno, si quieres dedicarte a esto es cómo hay que hacerlo. O así lo entiendo. Creo que los periodistas no podemos ser amigos de todo el mundo ni podemos ser amigos de quién ostenta el poder, aunque se pueda tener buena relación.
Yo cuando veo las listas electorales cruzo los dedos (risas) para que no vaya alguien cercano. Además, siempre hay un tramo de los mandatos en la que ambas partes se distancian y estoy convencida de que es algo positivo. Luego hay de todo: algunas personas intentan influir, con otras no hay feeling y otros, simplemente, pasan.
R: Probablemente seas la única mujer dueña de un medio de comunicación en la provincia de Córdoba, ¿has notado algún trato distinto por el hecho de ser mujer a la hora de dirigir tu periódico y afrontar tu trabajo?
JL: ¿Sabes? Una va evolucionado, hace unos años, cuando me preguntaron, dije que no. Y eso que yo comencé en el mundo del deporte. Pero ahora diría un sí rotundo y contundente y con muchísima tristeza. No nos tratan igual, lo hablo con compañeras de Pozoblanco y la comarca. Hay muchísimo machismo y hay una diferencia en el trato a todos los niveles, como si tuviéramos que demostrar ciertas cosas que a nuestros compañeros no se les piden. Me da mucha rabia y también no soy tan joven como antes y me doy cuenta de muchísimos más detalles.
R: ¿Cómo es hacer periodismo en una zona como Los Pedroches?
JL: Aunque el día a día te condiciona, sigo preguntando mucho a compañeros y compañeras que me han enseñado y acompañado a lo largo de los años. Sigo intentando regenerarme y estar al día. También estar el factor de las redes sociales, aunque yo me niego a pensar que el periodismo tiene que ir vinculado a ellas. Creo que son una gran herramienta, pero eso no es periodismo.
Me gusta hacer el periodismo más clásico, tirando de reportajes, de entrevistas… que es lo que me gusta. Y, por supuesto, de fuentes. Se me acusa muchísimo de no ser objetiva, pero todos los medios tienen una línea editorial y la gente tiene muy poca memoria. Yo en las informaciones trato de ser objetiva, pero en las opiniones no tengo por qué serlo porque estoy dando precisamente eso, mi opinión. Y tienes que sobrevivir a eso: intentar que lo que quieres decir tu opinión, no siempre es lo que quiere oír la gente, pero lo dices y no tiene por qué pasar nada.
R: ¿Y las presiones? ¿Las llamadas? ¿Son muy diferentes a las que puede recibir un periodista que hace información local en una ciudad como Madrid y Barcelona?
JL: Efectivamente. Yo he recibido amenazas de políticos, en un despacho y por teléfono. Y ambas veces lo denuncié públicamente. También las llamadas o los recados, que es algo que no soporto, junto con la presión a nivel económico que es un mal endémico que tiene el periodismo. Tras la crisis se tira mucho de la administración pública y se olvidan de que el dinero que utilizan no es suyo, es de los ciudadanos.
La publicidad institucional es eso: institucional. Y cuando no entras en el juego de la administración, todo es complicado, aunque yo intento ser libre en ese sentido. Pero sí que me gustaría que esa libertad no implicara que llegara el día en que dijera que hasta aquí he llegado con este asunto. Lo que está claro es que los medios no pueden ser conformista y pedir a la administración pública que sustenten nuestras empresas. Ni la mía ni la de nadie. Aunque sí le debo pedir a esa administración pública que sea un reparto a partes iguales.
R: En ocasiones tenemos la sensación de que de las zonas rurales solo aparecen en primera plana con las tragedias. En Los Pedroches, de hecho, es bastante habitual. ¿Cómo se puede cambiar eso? ¿Es posible?
JL: Se puede cambiar, claro. Fíjate por ejemplo las Olimpiadas Rurales de Los Pedroches, la repercusión que tienen. Lo que pasa es que son hechos puntuales, en una época del año muy concreta… Pero es que eso habría que cambiarlo en la tónica general del periodismo, que ha derivado en un periodismo de sucesos casi continuo, hasta el punto de encadenarlos en el informativo uno tras otro.
Muchas veces dudo si publicar o no publicar ciertas cosas, pero la verdad es que a mí el periódico se me cae cuando ocurre una desgracia. Cada vez que he tenido que contratar mayor capacidad para soportar las visitas ha sido tras una muerte o alguna catástrofe. ¿De quién es la culpa? ¿Quién crea esa sociedad? ¿Los medios de comunicación? ¿O los medios ofrecen lo que nos demandan? ¿Habría que hacer un trabajo conjunto? Venden muchísimo más las penas que las alegrías.
R: ¿Qué papel deben jugar los medios de comunicación en el futuro de las zonas rurales? ¿No se está en ocasiones demasiado pendientes de que acudan aquí grandes medios como las televisiones?
JL: También es una concepción de los medios de aquí, que cuando llega un gran medio, en ocasiones los del día a día desaparecemos. A veces, si tú llegas tarde, nadie te espera. Pero si llega tarde el que viene de Madrid, Córdoba o Sevilla, todo se detiene para ellos.
Pero sí que hay algo que tengo claro: en el mundo rural tenemos la misma importancia que pueda tener cualquier persona de la sociedad. Lo que aquí se hace es igual de importante que lo que se hace en Madrid. Evidentemente, en grandes ciudades se toman otro tipo de decisiones, pero aquí hay vida y hay que contarlo. Y los medios de comunicación tenemos esa posibilidad de explicarlo y hacer saber que aquí no todo son penas. Aquí se vive muy bien, los días te dan para mucho, te da tiempo a hacer muchas cosas, tenemos una calidad de vida impresionante y los medios tenemos la obligación de contar esa realidad.
Yo huyo mucho del concepto ese del pueblo como la zona en la que pasar el verano, algo que vemos mucho en las noticias. No, aquí hay vida antes y después del verano. No creo que sea necesario transmitir esa imagen de que alguien tiene que venir a rescatarnos.
R: Saliéndonos un poco de los medios de comunicación: ¿Cuál crees que es el principal problema al que se enfrentan las zonas rurales?
JL: El principal problema de las zonas rurales es la falta de trabajo. Ni más ni menos. Algunos se irán porque esto se le quede pequeño o busquen otras opciones, pero la mayoría de las personas que se marchan es porque no encuentran trabajo. Especialmente los jóvenes. Si a mí no me llega a surgir una oportunidad en el Ayuntamiento de Pozoblanco, probablemente yo ahora no estaría aquí.
R: También se habla mucho del emprendimiento como solución a muchos problemas pero, a la hora de la verdad, no termina de arrancar. ¿Crees que tiene mucho de artificial?
JL: Recuerdo que en la época de crisis se empezó a hablar muchísimo de emprendimiento. Es muy fácil decirle a la gente que no tiene trabajo porque no quiere y pedirle que se busque la vida. Lo complicado debe ser, según parece, preguntarse cuál es el modelo productivo que tenemos o por qué no hay más industria o no llega el relevo generacional al campo. Es difícil que las administraciones se paren a pensar qué se ha hecho mal, según parece. Yo estudié Periodismo, no Administración de Empresas, por lo que ser empresaria es un reto continuo porque hay cosas que se escapan de las manos. El emprendimiento es vivir de mi propio trabajo, tiene cosas buenas, pero también muchísimas cosas malas y otras muy complicadas.
Esto no es la panacea. Tienes que levantarte cada día con una incertidumbre muy importante y debes tener la madurez necesaria para afrontarlo. Y hay épocas en las que se puede vivir con esa incertidumbre y hay otros momentos en los que, al trabajo diario, hay que sumar esa parte empresarial que siempre te llena de dudas.
R: Y luego la gente joven sigue sin tener opciones educativas para plantearse aquí su futuro…
JL: Aquí los problemas son cíclicos: la sequía, la falta de relevo generacional o la falta de oportunidades educativas. Bueno, ahora en el IES Los Pedroches harán una apuesta importante con el nuevo grado en Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal, pero sigue sin haber una oferta educativa ligada al territorio. Sí que se están haciendo cosas, especialmente en temas gastronómicos. ¿Si llega tarde? Probablemente.
R: Y la temida despoblación. ¿Cómo enfrentar algo que parece inevitable?
JL: Hay algunos pueblos de Los Pedroches, por ejemplo, que están preocupados por la despoblación, aunque hay zonas de España donde la situación es muchísimo peor. Se trata de un conjunto de factores: el envejecimiento de la población, la salida de la gente joven y la falta de natalidad. Y esto es algo común a todas las zonas de interior de España, sin contar las ciudades. La vida ha cambiado muchísimo y hoy por hoy, por ejemplo, tener una familia e hijos no es lo primordial para muchas personas.
Sí que hay algunos municipios que están perdiendo muchísima población y peso específico, pero creo que hay que buscar soluciones y articularse sobre lo que tenemos. Y es lo que tenemos que hacer. Aquí hay un gran problema es que no existe una identidad colectiva en Los Pedroches, en parte, por el cortoplacismo de la clase política.
¿Cómo crear esa identidad? Desde los colegios. Cuando me hablan de otras zonas que están identificadas con su cultura y tradiciones es porque la estudian en los colegios. ¿Por qué no lo hacemos nosotros? Desde la historia de Andalucía a la de la comarca de Los Pedroches. Solo hay que preguntar a los jóvenes si se saben el nombre de los 17 pueblos… todo esto es un problema de educación, y si eso falla, falla todo lo demás.
En ocasiones parece que si una persona se queda en lo rural supone un fracaso y parece que tienes que irte fuera para que te reconozcan en tu pueblo. Aquí hay personas que mantienen esto vivo en el mundo empresarial, cultural, deportivo… y eso tenemos que empezar a reconocerlo cada día.
R: Por último, ¿con qué concepto te identificas más? ¿España vacía o España vaciada?
JL: Creo que me quedo con España Vaciada, porque es un concepto que implica mucho más y por sus connotaciones: no es algo que haya surgido, es algo que quizás se esté buscando porque interesa. En hoyaldia.com ya hablamos de España Vaciada.