Cinco siglos han tenido que pasar para que uno de los monumentos históricos más importantes de la comarca de Los Pedroches, al norte de la provincia de Córdoba, vuelva a abrir sus puertas. El Castillo de Belalcázar, cuya torre del homenaje es la más alta de la Península Ibérica, ya que casi alcanza los 50 metros de altura, reabrió a finales del pasado año. Hoy, con motivo de la celebración del Día de Andalucía, ha tenido lugar una apertura extraordinaria, gracias a la cual hemos podido visitar algunos de sus rincones más fascinantes. Pura historia, puro arte, en otro rincón de la España rural, que recorremos con la cámara fotográfica al hombro para no perder detalle.
Así se ve el castillo desde el camino que conduce a su entrada. Estamos mirando desde abajo el interior de la torre. Se aprecian las diferentes alturas de la fascinante construcción y algunos detalles de los grabados en piedra. Vemos lo que podrían haber sido los candelabros que se utilizaban para iluminar la estancia. Hay uno en cada esquina. Estamos subiendo por las escaleras de caracol a través de las cuales se accede a la torre. Seguimos en las mismas escaleras, las únicas tanto para subir como para bajar. Vemos el escudo de los Sotomayor, en el que se aprecian ciertos enganches que podrían haber servido para la iluminación. De ahí, las quemaduras que se aprecian en la pieza escultórica. Detalle de los grabados que se encuentran en el interior de la Torre del Homenaje. Detalle del techo de la espectacular Sala de la Reina. Vista panorámica de la localidad de Belalcázar (Córdoba). Estamos en las caballerizas del castillo, cuya peculiaridad es que se encontraban por debajo del nivel del suelo. Detalle de la zona alta de la torre vista desde abajo. Desde este lugar, se pueden apreciar las ampliaciones que en la torre mandó realizar Doña Elvira de Zúñiga. Estamos delante de las ventanas más actuales, cuyo grosor (alrededor de 1,5 metros) es mucho más fino que el de las primeras (alrededor de 4,5 metros). Además, se aprecia cómo se fueron incorporando algunas columnas. Detalle exterior de las ventanas. Probablemente, estemos ante el antiguo anclaje de un techo. Vemos una de las piedras de granito grabadas que han sido encontradas. Todas ellas están numeradas y catalogadas. Nos despedimos con esta preciosa vista exterior del castillo.